Ale, el patito surfista (11ª parte)

Estados emocionales

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Ale llevaba unos días muy triste, pues Abu se sentía enfermo y parecía no recuperarse, de hecho, el doctor Don Pato había dado un mal pronóstico de su enfermedad que sumado a los años y al trabajo duro del mar parecían estar acabando con la vida del anciano. La tristeza de Ale era notable… camina cabizbajo y sus conversaciones parecían girar siempre en torno a lo mismo… sentía que estaba a punto de perder a la persona que mas le había influido en su vida.

Abuelo, que siempre estaba pendiente de el y tenia ese sexto sentido que solo tienen los abuelos, lo llamo y le pidió que se sentara en el filo de su cama.
“Ale, le dijo, ¿por qué estás triste?” A lo que el pequeño no pudo sino confesar la verdad que escondía su corazón, no sin antes preguntarle ¿cómo sabes que estoy triste?”
“Bueno pequeño, cuando estamos en una emoción determinada somos capaces de sostenerla en el tiempo y transformarla en estados emocionales a través de nuestras conversaciones, nuestros pensamientos y nuestra manera de movernos”.

La simplicidad de una herramienta no determina el poder de la misma. Tuitea esto

Ale como siempre, hambriento de los conocimientos de Abu, se sentó a su lado y abrió de nuevo su mente y su corazón.
“Mira Ale, cuando nos pasan cosas… y a todos nos pasan cosas, no es eso que nos pasa lo que determina nuestra emoción, sino las historias que nos contamos acerca de eso que nos ha pasado; es decir, no es lo que acontece lo que decide tu emoción, sino el significado que tu le das”
“Pero Abu, te estoy perdiendo… eso es para estar triste”
“Si Ale, lo se… pero quiero que te des cuenta que es el significado de pérdida que tu le das lo que realmente te esta poniendo triste. Se que es normal y debes de darte el permiso de estar triste y sentir esa y cualquier otra emoción. Lo único que te pido es que seas consciente de cómo las puedes alargar en el tiempo y convertirlas en estados emocionales”

Ale pregunto: “¿Y porque es importante eso Abuelo?”
“Porque los resultados que logramos en nuestras vidas están estrechamente relacionados con el estado emocional en el que más tiempo vives” dijo Abu.
“Lo que te quiero decir es que entiendas que si algo te pasa, debes de revisar el significado que le das; por ejemplo Ale, si alguien rompe tus reglas de juego de la vida o viola tus valores o normas, ¿cómo te sientes?”
“Pues enfadado Abu!!!... y como se haya roto una muy grande… muy enfadado”
“Eso que acabas de decir es brutal Ale, ya que la intensidad de la emoción la determina la importancia que le damos al significado”

Es evidente que no es lo mismo que Ale pierda unas zapatillas, que le pondrían triste, a perder a su abuelo. Pero fue revelador para Ale darse cuenta de la importancia de los significados que le daba a las cosas. Entendió que si estaba enfadado es porque alguien estaba rompiendo una regla o norma suya. Incluso entendió que para el otro quizá ni sabia que estaba rompiendo una norma, de hecho comprendió porque había quien no entendía sus enfados.

Ale habló con Abu de diferentes emociones… alegría, que comprendió que se experimentaba cuando tus reglas o normas se cumplían, es decir cuando las cosas salían como tu deseabas. Hablaron del asco, y comprendió que cuando creía que algo podía ser tóxico para el aparecía esta emoción; le dio mucha risa descubrir que se podía sentir asco por un congénere cuando creías que su presencia te intoxicaba. Hablaron del miedo y cómo esta emoción condicionaba muchas de las reacciones que Ale vivía cada día… pero comprenderlo no aliviaba su dolor…

“Ale querido, quiero que pienses en cada día que hemos pasado juntos, que estés feliz porque la estrella brilló y no pienses en que se apagó… pon tu foco en lo que te da felicidad”
“Además Ale, mira como hablas, siempre de lo mismo y tus tonos de voz son diferentes al que tienes cuando estas feliz”.

El significado de pérdida que tu le das es lo que realmente te esta poniendo triste. Tuitea esto

Abu le explico que si quería sentirse deprimido, sólo tenía que caminar lento y mirando al suelo, encoger sus hombros y poner cara de pena… hablar con tono bajito y lamentándose, dejar de sonreír y por supuesto pensar en todo cuanto perdió… le decía: “Si haces esto por el suficiente tiempo, tu depresión estará garantizada”

“Entonces, dijo Ale, lo importante no es –porqué- me siento como me siento, sino –cómo- lo hago para sentirme así…¿verdad?”
“Exacto Ale, si tu observas, cada emoción tiene su propia fórmula para mantenerse en el tiempo y ser transformada en estado emocional”
“Camina rápido, muévete enérgicamente, mira al frente, sonríe, saca pecho (como los cisnes), habla con un tono de voz más alto y más rápido, recuerda cada segundo que hemos compartido hablando, porque mientras me recuerdes… existiré”

Ale se sintió un poco mas consolado, aunque lo que mas le gustó que le dijo Abu es que siempre tendría el derecho de vivir y experimentar la emoción que sintiera en ese momento, sin reprimirla y sin tratar de controlarla… simplemente gestionándola a través de estas formulas que parecían tan simples, pero tan poderosas…

“La simplicidad de una herramienta no determina el poder de la misma… con palancas y ruedas, decía Abu… los hombres han construido pirámides” Dijo Abu antes de cerrar sus ojos.

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