Cada problema tiene un problema
No existe una situación complicada que no tenga su “punto débil”
Tweet¿Cuál es el problema más grande que tienes en este momento? Seguro que estarás pensando que es enorme y que no tienes por donde cogerlo. Es normal, cuando las personas tenemos un problema solemos pensar que ese problema es el mas grande e importante de mundo… es el nuestro, es que nos aturde, nos incomoda y no nos deja vivir en paz.
Para la mayoría de las personas un problema representa algo no deseable, porque nos lleva a distraer nuestra atención y dirección que llevamos. Nos aleja de nuestra visión o simplemente se convierte en un estorbo para lograr aquello que deseamos lograr. Sin embargo, las personas sólo crecemos cuando aprendemos a resolver y disolver problemas. En realidad cada problema es una oportunidad disfrazada de la que puedes obtener un gran beneficio.
Si reflexionas sobre esto te darás cuenta de que detrás de cada tormenta, realmente siempre hubo un hermoso amanecer.
Si piensas en tu historia, te das cuenta de los problemas que has tenido en diferentes momentos de tu vida, posiblemente hoy te provocará risa de algunos de ellos, evidentemente de otros no, pero de muchos, al mirarlos en la distancia te das cuenta de que pudiste con ellos, de que los resolviste o disolviste con mayor o menor esfuerzo.
La creencia de lo que significa un problema es importante, es decir, dejar de creer que un problema es una “pesada broma cósmica” y comenzar a instalar en tu sistema operativo mental la creencia de que un problema es una oportunidad de evolución, nos sitúa de una manera diferente ante la próxima situación complicada que nos presente la vida y evidentemente cambia nuestra disposición frente al problema.
Usar los problemas para crecer nos lleva a dejar de pelearnos con ellos y verlos como maestros aliados de nuestros intereses.
Al tener una disposición de crecimiento ante los problemas nos lleva del “resistir” los problemas a “relisir” con ellos, es decir, a crecer y hacernos mas fuertes. Si después de un problema no has crecido y no has aprendido nada, créeme que la vida te hará “repetir curso”, pues hasta que no aprendamos la lección que nos ofrece como aprendizaje el problema, no podremos pasar al “siguiente nivel”, osea no habremos madurado y simplemente en algún momento de nuestra vida se nos presentará otra oportunidad de crecimiento similar, es decir otro de esos problemas.
Esta disposición también te llevará de ser parte del problema a ser parte de la solución… no puedes ser parte de las dos cosas. Si ves que no planteas soluciones, al menos “quítate del medio” y deja que otros solucionen.
Si decides usar los problemas para crecer, piensa que “cada problema tiene un problema”; no existe un problema que no tenga un problema y este sea su “punto débil”. Aquí está parte de la solución. Se trata de encontrar esa debilidad del propio problema y abordarlo por ahí. De igual manera que “una cadena es tan fuerte como su eslabón mas débil”, “un problema tiene un punto flanco” por el que abordarlo.
En realidad así es como hemos solucionado muchos de los que hemos tenido en nuestra vida, haciéndolo frágil a través de su debilidad. Entrar en el problema por su flaqueza nos ayudará a poder incluso dividirlo por partes y ya sabes aquello de: ¡divide y vencerás!
Un problema siempre tiene un punto flanco” por el que abordarlo. Tuitea esto
De igual, manera que a nadie se le ocurriría comerse una sandia de un solo bocado, sino a mordidas pequeñas y poco a poco… por partes; se solucionarían muchos de nuestros problemas, dividiéndolos por la parte mas débil (por el problema del problema) y “comiéndonoslos por partes”.
Te invito a que elijas cinco problemas que ya hayas resuelto y verás como parte de la estrategia fue así, sino lo fue prueba la próxima vez y veras como será mucho mas eficiente la resolución de problemas. Ahora elije otros cinco problemas que tengas actualmente y haz lo mismo: identifica el problema del problema, entra por ahí, divídelo en partes y resuelve o disuelve cada uno de los trozos de la situación. Aléjate de la falsa creencia de que el tiempo soluciona problemas y asume que la acción consciente te llevará, no sólo a resolver o disolver situaciones complicadas, sino a aprender y crecer en cada una de ellas.
La próxima vez que te encuentres frente a un problema míralo a la cara y dile: ¿Qué oportunidad de crecimiento eres para mi? ¿Qué aprendizaje me traes ahora? ¿Cuál es tu problema?
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