Cuando no camines derecho revisa tu bastón
Dejemos de buscar dentro lo que está fuera
TweetHace años conocí a Lolita, una anciana entrañable que le encantaba salir a pasear cada día por el parque que había cerca de mi casa. Cada vez que la veía me compadecía un poco mas por su manera de caminar. Parecía jorobarse por momentos, un día comenzó a agachar su cabeza al día siguiente un poco mas y así hasta que quedó totalmente inclinada hacia delante. Pasó así meses y meses.
Bien es cierto que su actitud era tan positiva y apasionante como casi siempre, al menos desde que yo la conocía, que eran muchos años ya. A pesar se su incómoda postura al caminar, ella siempre tenia un argumento para mirar hacia dentro y pensar que algún día encontraría la razón o el motivo que le mantenía así de jorobada. Estaba segura de saber que su rara y repentina enfermedad tenia una razón metafísica y una lección para ella.
Había leído acerca de las enfermedades como camino de encuentro consigo misma, de usar la enfermedad como punto de inflexión de un cambio sustancial de la vida. Así que decidió un día dejar de buscar la respuesta en su interior y pidió cita a su medico de cabecera para que le viera. El doctor la revisó y no encontró nada extraño en su cuerpo, salvo una lista interminable de contracturas, que mas parecían estar provocadas por la postura que mantenía en contra de que fueran mas causantes de tal desgracia.
Dejemos de buscar dentro lo que está fuera
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El medico decidió mandarla a un especialista de la columna vertebral, así que le extendió un volante para que la revisaran con radiografías y mas pruebas. Dicho y hecho, Lolita se realizó una serie de radiografías que confirmaron que no había absolutamente ningún problema en su columna. Esto desconcertó aun mas a la comunidad medica. ¿Cómo es posible que no pueda caminar derecha si no hay daño aparente en su estructura osea?, se decían.
Lolita dejó pasar el tiempo, creyendo y aceptando que lo que le pasaba no era sino un designio de la vida, una especie de estigma y que alguna lección espiritual le aguardaba para ser revelada algún día.
¿Tienes las herramientas necesarias
Ese día llegó. Vio en una ocasión una publicidad en un hospital que decía algo así: “Especialista en enfermedades sin origen aparente”. La anciana llamó poseída por la curiosidad.
“Dígame, en que puedo ayudarle señora” Dijo una voz madura y seca. Lolita explicó con detalle y por teléfono los detalles de su rara enfermedad y el doctor le pidió verla al día siguiente.
La señora se levantó temprano para arreglarse y caminar, despacito e inclinada hacia la dirección que le había facilitado este señor tan agradable, que decía que estaba seguro de encontrar la solución.
Cuando Lolita llegó a la consulta, el medico la tumbó en una camilla y le pidió que se relajara. La inspeccionó con detalle… miraba… observaba… tocaba… volvía a mirar… La anciana escuchó murmurar algo al doctor, como si por fin hubiera encontrado el origen de la enfermedad. Se oyó un leve chasquido y pidió a Lolita que se levantara de la camilla. Lolita se irguió, agarró su bastón y comenzó a caminar… ¡¡Por Dios bendito, doctor… puedo caminar derecha!!... ¿Qué clase de milagro ha realizado usted conmigo?
El doctor le miró riendo y le dijo: “Lolita, lo único que he hecho es cambiarle el bastón y darle uno que se ajuste a su altura”.
El viejo bastón de la anciana se había ido desgastando con el uso; fue haciendo que la anciana se agachara cada vez mas y el tiempo dejó a Lolita esclava de una herramienta que un día fue perfecta para ella, pero que ahora le hacia caminar jorobada.
¿Cuántas cosas tenemos en nuestra vida que nos están molestando y estamos esclavizados a ella?
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Me pregunto ¿cuántas cosas tenemos en nuestra vida que nos están molestando y haciendo que parezca que tenemos un problema interno, mas sin embargo es una herramienta gastada de su uso, o simplemente algo que un día nos sirvió y se ajustó a nuestra realidad y a nuestras necesidades, pero que quedamos esclavizados de su uso y nos está haciendo parecer enfermos y nos hace caminar jorobados por la vida?
Hay elementos externos al nuestro alrededor que ya no nos son de utilidad y nos hacen sentirnos como Lolita. Dejemos de buscar orígenes extraños a cosas que simplemente se trata de cortar por lo sano o cambiar el bastón. Desde maneras de hacer cosas, estrategias de ventas, formas de comunicarse, relaciones que un día estuvieron “a la altura” pero ya no… y un largo etcétera de “bastones con medidas erróneas” que nos sobran porque ya no nos sirven para caminar erguidos.
La próxima vez que sientas que caminas jorobado, antes de buscar razones metafísicas, revisa si tu bastón es el adecuado.
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