La autodisciplina

La autodisciplina

“Si a una persona hay que decirle mas de dos veces lo mismo, es que es tonto”

           

Aún recuerdo con una nitidez extrema el día que mi padre me encargó realizar una tarea concreta.  Yo era pequeño, tenía diez años. Me gustaba irme con el a trabajar a su taller. Estar rodeado de herramientas me divertía, me hacía soñar cosas que aún recuerdo algunas de ellas. Un día, pasó junto a mi y me pidió realizar algo, para ser exactos limpiar una caja de herramientas de uno de sus trabajadores. Me entretuve en mis sueños y no hice el trabajo. El volvió a pasar y me recordó lo que tenia que hacer, pero tampoco lo hice. A la tercera vez que pasó y vio que no había cumplido con mi responsabilidad me dijo: “Si a una persona hay que decirle mas de dos veces lo mismo, es que es tonto”.

Seguramente algunos pensareis que fue duro conmigo, pero ni mucho menos. La vida ha sido mucho mas dura que algunas palabras que educaron mi manera de ser. Lo más probable es que mi padre no supiera que en ese momento estaba inculcando en mi una de los dominios mas importantes de la inteligencia emocional, la autodisciplina.

La importancia de la autodisciplina

Me causa una compasión enorme observar la cantidad de veces que hay que repetir las mismas cosas a personas de diferentes edades. Es como si estuvieras hablando con una planta o un jarrón. Cuando una persona es pequeña debe aprender ciertos valores que harán de el o de ella una persona responsable y fiable. Qué duda cabe que la autodisciplina es uno de esos valores y su práctica una de las competencias a desarrollar por una sociedad donde hay que repetir demasiadas veces lo que hay que hacer.

Se calcula que tan sólo un dos por ciento de las personas son capaces de asumir su responsabilidad sin tener que repetirle las mismas cosas día tras día.  Me parece que como característica del liderazgo es fundamental.

No me cabe duda que todos deseamos para las futuras generaciones lo mejor, es decir que todos queremos dar al mundo los mejores hijos. Lamentablemente he de preguntarme: ¿Será que no podemos enseñar e nuestros hijos lo que no somos?  Si a más de un noventa por ciento de la población hay que repetir constantemente lo que hay que hacer y esto lo hemos convertido en la normalidad; si mentir a las empresas con los tiempos para los que fuimos contratados; si llevarse a casa una grapadora de la oficina y si usar los recursos de la organización donde trabajamos a nuestro favor es algo normal, no puedo creer que un discurso de honestidad y disciplina hagan efecto en los jóvenes.

motivacion, educacion

El otro día veía como insultaban a un preadolescente en su colegio. El grupo de compañeros de su clase que lo hacían me causaron rabia en un principio, pero me quedé pensando que ellos sólo están duplicando el modelo de sus padres. Conozco personalmente a algunos de esos progenitores y no son un ejemplo a seguir en cuento a disciplina y honestidad… discusiones por todo, coches en doble fila y que se espere el de atrás, “oídos sordos” a las llamadas de atención del colegio… etc.  Evidentemente esperar que sus hijos sean disciplinados y honestos es como pedirle a un geranio que salte de alegría y mueva el rabo cuando te vea llegar a casa.

Me decía un profesor de la Universidad de Córdoba, hace un tiempo, que para muchos jóvenes la palabra “no” la escuchan por primera vez en la universidad. Les produce un trauma y les desestabiliza emocionalmente, le dicen algunos. Seguramente sus padres, engañados por un falso amor, les dieron y permitieron en demasía. No me cabe duda que la intención de cada uno con respecto a sus hijos es la mejor, pero no es la intención lo que educa, sino el ejemplo.

No pretendo dar una lección de educación paternal, no creo que yo sea ese ejemplo a seguir. Estoy atreviéndome a pensar por escrito algo que me inquieta cada día. Sólo se que mañana quizá yo no esté vivo y más que preocuparme con qué le voy a dejar de herencia a mis hijos, me quiero ocupar en qué clase de hijos le voy a dejar de herencia a este mundo.

He preguntado cientos de veces en publico ¿qué es mas importante en la vida para ser exitoso, ser disciplinado o ser listo? Todo el mundo responde lo mismo: ser disciplinado. Mi pregunta siguiente y con tono jocoso siempre es: ¿y España es un país de listos o de disciplinados? A lo que te imaginarás las respuestas… de listillos, dicen muchos.

La disciplina es una de las claves de una sociedad madura y no egoísta.

Instalar en las mentes de los pequeños que las cosas no se deben repetir varias veces para que se hagan es estar construyendo líderes para el mañana y personas que podrán ser confiables, porque la disciplina genera confianza y fiabilidad.

¿Qué tres principios ponen e evidencia este valor? Lo veremos la semana que viene.

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Pepe Cabello

Empresario de vocación, me formé en habilidades comerciales a mis 20 años y dediqué años de mi vida a esta profesión, obteniendo grandes resultados. Fruto de esta experiencia me interesé por la Inteligencia Emocional y la PNL. Articulista habitual del Grupo Joly y colaborador semanal de cadena Cope. Fundador y CEO de Diamond Building.

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