Balotelli y el futuro que ya está aquí
La falta de habilidades sociales del italiano muestra las nuevas tendencias globales en el mundo del empleo y la irrupción de la Inteligencia Emocional en la empresa
TweetHace unas semanas que el Foro Económico Mundial publicó un informe acerca de “El Futuro de los empleos”, un estudio con la mente puesta en la próxima década que tenía como sugerente subtítulo “habilidades y estrategias para la cuarta revolución industrial”. El informe indica que en apenas un lustro, más de un tercio de las destrezas requeridas en la mayoría de puestos de trabajo no tendrán nada que ver con las que hoy se consideran cruciales. Es algo que en Diamond Building veníamos diciendo desde hace años, y ahora llega el respaldo a una tendencia que se vislumbraba pero a la que le costaba abrirse camino. Es el momento de la entrada definitiva de la Inteligencia Emocional en el mundo laboral y empresarial para la gestión y desarrollo de las habilidades sociales, esas soft skills que tanto demanda el mercado actual y que serán claves en las empresas, las organizaciones y en los trabajadores de la próxima década.
Ya sucedió en otros campos, obligando incluso a modificar el lenguaje. Hoy no se habla de Inteligencia Emocional aplicada a la educación, sino que está ampliamente aceptada la Educación Emocional. El propio Daniel Goleman escribió una ampliación de su obra clave denominada “Inteligencia Emocional en la empresa”, y aunque el término “Inteligencia Empresarial” tiene otras connotaciones (la consultora Ernst & Young la define como la “aplicación innovadora de la información analítica para acelerar el logro de los objetivos del negocio”), lo cierto es que el factor emocional ha entrado de lleno en el ámbito laboral.
En los últimos años ha ido creciendo la demanda de formación en Inteligencia Emocional en el ámbito laboral.
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El mundo del deporte tampoco es ajeno. Cada vez más, los directores deportivos redactan cuidadosos informes acerca de las características personales de los posibles refuerzos, e incluso de los perfiles como candidatos a entrenador. Hoy no sólo vale la calidad o la aptitud, porque el riesgo de meter en un vestuario a un elemento perturbador puede costar más que una mala decisión deportiva. ¿Te suena Balotelli? En el Liverpool le están buscando estos días una salida después de fracasar en Anfield, y tras haber pasado por el Manchester City o el Milan se especula con su posible regreso al Inter… y todo con sólo 25 años. “Me frustra porque le tengo mucho afecto”, se lamentaba hace unos días su compatriota Andrea Pirlo, cansado de ver cómo Super Mario desperdicia su talento por una falta de adaptación que hace que más de uno se replantee su fichaje.
La demanda de la Inteligencia Emocional
En los últimos años ha ido creciendo la demanda de formación en Inteligencia Emocional en el ámbito laboral, y la tendencia ha llegado para quedarse. Tanto para equipos de ventas, la capacitación de equipos comerciales o para la labor de cohesión de grupos de trabajo, la gestión de las emociones en el contexto profesional es clave para la consecución de los resultados deseados, algo que ahora buscan los empresarios de medio mundo.
Porque hoy no basta con saber hacer cosas, sino lo que sabes hacer con lo que sabes.
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Porque hoy no basta con saber hacer cosas. Eso era antes, en el pasado, en el siglo XX. En el presente y en el apasionante futuro que nos espera lo realmente importante es qué sabes hacer con lo que sabes, cómo lo haces, cómo lo comunicas, cómo trabajas en equipo, qué ambiente generas, cómo eres capaz de trasladar el mensaje mercado, cómo impactas en tus clientes, cómo comunicas… Si a eso le sumamos estudios como el de Scoop Consulting que dicen que hasta un 65% de los niños menores de 10 años trabajarán en profesiones que hoy simplemente no existen, se abre un escenario novedoso que habla de la necesaria adaptación a las nuevas circunstancias laborales. Y ahí entra en juego la Inteligencia Emocional en la empresa.
La revolución ya ha llegado, y negarlo es querer mirar para otro lado. Un informe elaborado por Career Builder entre 2.600 responsables de Recursos Humanos indica que el 71% de ellos consideran la Inteligencia Emocional como un factor clave a la hora de contratar empleados, e incluso un 59% reconocen que han dejado escapar profesionales con un brillante currículum por su absoluta falta de Inteligencia Emocional. Las habilidades sociales ya no son un mero complemento a las capacidades técnicas, sino que son un factor determinante en la capacitación del trabajador. Y los empresarios lo saben.
Ilustración de Rudi Gundersen
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