¿Relaciones tubo o relaciones embudo?

¿Relaciones tubo o relaciones embudo?

¿Cuanta agua fluye entre tu y el otro?... y ¿de qué manera fluye?

           

La primera toma de contacto con el mundo profesional que yo tuve fue a la edad de siete años. Eran otros tiempos y mi padre pensó que lo mejor para mí era llevarme a su taller cuando tenía vacaciones de verano, así que tuve la fortuna de aprender la profesión de mi familia desde pequeño. A la edad de catorce años, me puse a trabajar a tiempo completo y a los dieciséis ya era oficial del “arte de conducir las aguas”, es decir de fontanería.

El agradecimiento será eterno hacia mi padre, no sólo por enseñarme esta hermosa profesión, sino por educarme en valores como el esfuerzo, la disciplina y sobre todo que el éxito sólo está antes que el trabajo en el diccionario.

Durante muchos años tuve que combinar los estudios (con los que aún sigo) con mi trabajo. Luego combiné distintos trabajos y… bueno el resto no viene al caso en esta reflexión.

El arte de la fontanería es simple, sólo se trata de conducir agua de un punto a otro y además hacerlo con la suficiente presión para que llegue, por supuesto sin que se desperdicie por el camino, es decir que no tenga fugas.

Una cosa que está clara es que si quiero que pase mucha agua de un lugar a otro, debo usar una tubería que sea suficientemente ancha como para que el caudal de agua fluya. Si quiero pasar mucha cantidad de agua, pero el diámetro del tubo es estrecho, no conseguiré pasar el agua en poco tiempo, además de que es más fácil que se obstruya esa tubería con un obstáculo rígido.

Esta es una de las metáforas más hermosas que pude aprender en cuanto a las relaciones: entre dos personas existe una especie de tubería que los une y por la que pasan las cosas que pueden caber, según el diámetro de ese tubo, que represente al ancho de la relación.

metafora

Imaginando que el agua simboliza las cosas que pueden pasar entre los dos, podríamos decir que si el tubo es estrecho, cabe poca agua, o sea que pasan pocas cosas entre ellos. Si el tubo se ensanchara, cabrían mas cosas por él.

Cuando alguien te pide algo, lo que hacemos inconscientemente es medir el diámetro del tubo, o lo que es igual medir el tamaño de la relación. Si el coche que te pidieron prestado cabe por ese tubo, recibes el “favor” de que te lo presten; pero si no cabe el coche, simplemente recibes un “no”, aunque sea en forma de explicación… ya sabes, no tengo la ITV, o está con problemas de embrague.

Me encanta saber que debe ser un tubo… mismo diámetro por los dos extremos. Muchas relaciones son enfermizas, porque simplemente en lugar de existir una tubería, lo que hay es un embudo.

El que tiene la parte ancha frente a si mismo, piensa que por la otra punta sale el mismo caudal de agua, así que da y da… pero por el otro extremo lo único que puede llegar a salir es poco agua y además con demasiada presión, ya que debe de salir todo el caudal por un diámetro más estrecho. Se puede llegar a percibir como agresivo, duro, fuerte, de mal gusto o incluso mal intencionado. Sin embargo, el que mete agua por la parte ancha, terminará frustrado, ya que se irá dando cuenta de que el otro, no solamente no le agradece, sino que llega a pensar mal de él. Esto tiene mal final en una relación.

El que está en la parte estrecha y trata de pasar lo que buenamente cabe, se da cuenta de que aunque sea mucho lo que tenga para dar e incluso que le gustaría dar, al tener la percepción y por tanto la realidad de que su relación con el del otro extremo es estrecha, pondrá pocas cosas en esa relación y además cosas pequeñas… las que caben. El que lo recibe, pues lo recibe diluido, con poca fuerza y molesta mas que ayuda… mal final igualmente.

Las relaciones sólo son relaciones… tuberías, por las que pueden o no pueden pasar cosas. Me gusta mirar las tuberías que me unen a los demás y elegir el tamaño de las mismas. A veces, un día fueron anchas, pero lo que ya puede pasar no me gusta o no me conviene y simplemente llamo al fontanero y le pido que cambie el diámetro de la tubería. Otras, sin embargo, merecen colocar tuberías de diámetros enormes, o mejor aun… crear acueductos para que fluyan toneladas de agua.

Te invito a medir el tamaño de tus relaciones y saber elegir bien donde aumentar los diámetros y donde estrecharlos, sobre todo por no regalar agua a quien no la valora.

Ah… y por cierto, revisa las grietas, no permitas que en las tuberías clave se pierda una sola gota de agua… llama al fontanero.

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¡Lo quiero!



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