Un extraño frente a tí

Un extraño frente a tí

¿Te has mirado alguna vez en el espejo y no te has reconocido?

           

Cuando corría el año mil novecientos ochenta y nueve, me tocó prestar mis servicios a la nación a través del ejercito, eso que llamábamos “hacer la mili”. Recuerdo el día que llegamos, casi todos sentíamos una mezcla extraña entre el miedo, la expectación y la desorientación… en fin, eso que en Andalucía decimos “mas perdidos que una cabra en un garaje”.

Nos dieron ropa y nos vistieron de soldados, perecíamos guerreros, incluso nos dieron armas; era divertido.
Una de las cosas que recuerdo con mas humor, fue el día que pasamos todos por “peluquería” (bueno, más bien por “esquilería”) y nos dejaron casi sin pelo.
Fue divertidísimo vernos a todos frente a un espejo enorme de los baños, vestidos y rapados iguales… la mayoría tenían que saltar, moverse o auto-saludarse frente al espejo para reconocerse entre docenas de compañeros… todavía recuerdo aquello y me da la risa.

No podíamos reconocernos a nosotros mismos. Bien es cierto que teníamos todos la misma ropa y nos parecíamos demasiado, pero la paradoja es que era difícil saber quien eras tú, aun teniéndote a ti mismo delante tuya.

Me paro a pensar en esta anécdota y me pregunto: ¿Cuántas veces nos ha podido pasar esto mismo, pero estando solos delante del espejo?, es decir, ¿Cuántas veces te has mirado al espejo y no te has reconocido?.

Personalmente me ha llegado a pasar; mirarme y decirme “yo no soy eso que veo”. Creo que podría ser por tres razones diferentes.

La primera, es posible que sea porque mi mirada está deteriorada, osea que me veo “distorsionado”, borroso, pequeño… Cuando la mirada queda condicionada por creencias, experiencias o emociones que nos distorsionan la realidad (miedo, ira, tristeza…) y nos miramos a través unas gafas que colocamos delante de nuestros ojos que alteran lo que vemos, no podemos percibir con claridad lo que realmente está delante de nuestras narices. Para mi esas gafas representas nuestras creencias.
Te invito, si este es el caso, a que limpies tus lentes, les des un buen lavado y te atrevas a mirarte a través de lentes de amor, respeto y dignidad.

Otra opción es que el espejo esté sucio, entonces tu mirada puede ser limpia pero el lugar donde te estás mirando no es el correcto. En el caso de las personas, los espejos son otras personas que actúan reflejando, incluso cosas de nosotros mismos. El asunto es ¿qué reflejan de nosotros?, es decir, ¿sacan lo mejor o lo peor de nosotros?
Debemos de partir de la base que dentro de nosotros habita el bien y el mal, ni somos tan buenos, ni somos tan malos, lo que si es cierto es que hay personas capaces de sacar de nosotros esencias desconocidas hasta ahora.
Conozco personas que son capaces de sacar de otras personas lo peor de ellas, sus maldades más ocultas. Sin embargo, también conocemos tú y yo a personas capaces de mostrar a los demás sus mejores y mayores virtudes y grandezas.
Hay personas que eligen mostrar a los demás lo grandes que pueden llegar a ser. Y sin embargo hay personas comprometidas con hacer más pequeños a los demás y se la pasan criticando y juzgando, tratando quizá de conseguir de esta manera arreglar dentro de si mismos la tercera opción.

¿Y si realmente es que ya se perdió la esencia de lo que realmente podríamos ser? En esencia somos amor.
La sociedad nos lleva a pensar cuidar todo lo que nos rodea, nuestras casas, nuestros coches, nuestros trabajos, nuestras cosas materiales… pero no nos han enseñado a cuidar de nosotros mismos.

Supongo que esto nos lleva a consecuencias como las tres que hemos visto hoy: miradas condicionadas por gafas mal graduadas o sucias; una mala elección de relaciones donde mirarnos a nosotros mismos y la perdida de nuestra verdadera esencia.

Te invito a que meditemos si nuestras gafas están sucias y las limpiemos; también a revisar quienes nos rodean y nos preguntemos ¿sacan lo mejor de mi?, si no es así, déjalos ir, ya aportaron a tu vida lo que tenía que aportar. Y por ultimo, si sientes que has perdido tu esencia, quizá lo que haga falta es que (como diría Osho) te atrevas a mirarte a través de los ojos del perdón y del amor.

Ojalá podamos mirarnos a un espejo mañana y saber que tenemos delante de nosotros a alguien que conocemos, aceptamos y amamos. Quizá desde ahí, podamos conocer, aceptar y amar a los demás de una manera más sana y quizá (sólo quizá) podamos empezar a ser un poco más felices.

eBook Coaching Pepe Cabello

¿Quieres aprender coaching?

Aprende con nuestros eBooks y recursos para que nunca dejes de crecer.

Encuentra las mejores reflexiones de nuestro coach Pepe Cabello, escritas durante más de 10 años, recogidas en un ebook gratuito

¡Lo quiero!



Déjanos un comentario

Un extraño frente a tí

Un extraño frente a tí


¿Te has mirado alguna vez en el espejo y no te has reconocido?

DIAMOND BUILDING, SELECCIONADA PARA EL PROYECTO EUROPEO   DE INVESTIGACIÓN ‘TOP 10 SKILLS’

DIAMOND BUILDING, SELECCIONADA PARA EL PROYECTO EUROPEO   DE INVESTIGACIÓN ‘TOP 10 SKILLS’


Nadal y el cuarto escenario

Nadal y el cuarto escenario


Cuando tu estrategia ganadora deja de darte victorías, es hora de plantearse el cambio... y hacerlo.

¡Suscríbete a nuestra newsletter!

Nosotros tambien odiamos el spam, así que no te preocupes



Debes aceptar la Política de privacidad de Diamond Building.